lunes, 24 de enero de 2011

LENGUAS DE ESPAÑA




Lenguas de España



Lengua Española o Castellana Situación geográfica
Historia
Castilla nace en el sur de Cantabria, norte de Burgos y oeste de La Rioja.
Su origen es una serie de condados dependientes del reino de León que logran su independencia con
Fernán González en el siglo X. En el siglo XI se convierte en reino independiente con Fernando I, hijo
de Sancho el Mayor de Navarra. A partir de este momento irá creciendo hasta convertirse en el reino
más importante de la península.

Página 72 del Códice Emilianense 60 de San Millán de la Cogolla



Los primeros textos que se conservan en castellano datan del siglo XI, son las Glosas Emilianenses
y Silenses. Concretamente el Códice Emilianense está fechado en el siglo IX, aunque las glosas que
contiene fueron escritas a finales del siglo XI. Al proceder de una región que fue punto de confluencia
de varias culturas hispánicas: castellana, vasca, navarra y aragonesa, se aprecian en ellas rasgos
castellanos y navarro-aragoneses; incluso germánicos.
En ese momento había muy pocas razones para suponer que ese dialecto del latín llegara a ser con el
tiempo lengua nacional e internacional. La historia de su desarrollo está íntimamente ligada a la de la
Reconquista cristiana de los territorios que los musulmanes habían conquistado en la Península Ibérica.
La imagen lateral muestra la página 72 del Códice Emilianense 60 del monasterio de San Millán de la
Cogolla (La Rioja). En ella puede apreciarse el texto de una homilía en latín a la que el monje copista
ha hecho sus propias anotaciones (glosas) en castellano entre líneas y al margen del texto. 
Esta página recoge la frase más larga que existe en todo el Códice en ese castellano arcaico.
Es interesante que en este mismo Códice, aunque en otras páginas, se recogen también dos anotaciones,
hechas por el mismo monje, en vascuence. Se trata del más antiguo testimonio escrito conservado de
dicha lengua.





En vasco aparecen dos glosas: la glosa 31 y la glosa 42 que dicen:
Izioqui dugu
guez ajutu
ez dugu
Cuya traducción sería:
Hemos sido puestos a cobijo, hemos sido salvados
a nosotros no se nos ha dado ayuda
Los rasgos navarro-aragoneses se perciben en el uso de muito, feito, honore, (femenino y no masculino)
, plicare, lueco, cono, ena, etc.
Como germanismos hay dos glosas la 20 y la 21 que respectivamente dicen:
desolabuntur - nafragarsan dextruuntur - nafragatos
No obstante, en el Códice Emilianense 46, glosario escrito en Suso en el año 964, se hallan palabras y
frases romances o romanceadas, con lo que se fijaría en un siglo antes (el X) las primeras manifestaciones
escritas del castellano, confirmándose de paso al Monasterio de Suso como cuna de esta lengua.
En la figura inferior se aprecia ampliada la famosa glosa marginal en castellano de la página 72 del Códice
Emilianense 60 de San Millán de la Cogolla. Se trata de 12 renglones que dicen así:

Cono aiutorio de nuestro 
dueno dueno Christo, dueno 
salbatore, qual dueno 
get ena honore et qual 
duenno tienet ela 
mandatione cono 
Patre cono Spiritu Sancto 
enos sieculos delo siecu
los. Facanos Deus Omnipotens 
tal serbitio fere ke 
denante ela sua face 
gaudioso segamus. Amen.

Glosa marginal de la página 72 del Códice Emilianense 60
En castellano actual la frase se lee así: 

Con la ayuda de nuestro Señor Don Cristo Don Salvador, Señor que está en el honor y Señor
que tiene el mandato con el Padre con el Espíritu Santo en los siglos de los siglos. 
Háganos Dios omnipotente hacer tal servicio que delante de su faz gozosos seamos. Amén.
Algo posteriores a las Glosas Emilianenses son las Glosas Silenses, procedentes del Monasterio de
Santo Domingo de Silos (Burgos) y conservadas en el British Museum de Londres.
El desarrollo cultural y literario del castellano comienza en el siglo XII, con la aparición de los Cantares
de gesta. El primero y más renombrado de todos es el Cantar de Mio Cid (1140), que supone la
irrupción del castellano como idioma literario.

El párrafo inferior muestra una estrofa del primer texto literario en castellano, el Cantar de mío Cid:
Mio Çid Roy Díaz por Burgos entróve.
En sue conpaña sessaenta pendones;
exién lo veer mugieres e varones,
burgeses e burgesas por las finiestras sone,
plorando de los ojos, tanto avién el dolore.
De las sus bocas todos dizían una razóne:
"¡Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señore!"



Vida de San Millán por Gonzalo de Berceo (fragmento)


Con Gonzalo de Berceo (siglo XIII) se inaugura la historia de la literatura castellana de autoría conocida. 
Este poeta nació muy cerca de donde fueron escritas las Glosas Emilianenses y recibió su educación en
dicho Monasterio. Probablemente estudiara en las aulas de la Universidad de Palencia. 

Suyos son aquellos versos que dicen:
Quiero fer un prosa en román paladino,
en qual suele el pueblo fablar con so vezino,
ca non so tan letrado por fer otro latino;
bien valdrá, como creo, un vaso de bon vino.
La figura lateral muestra el comienzo de los Votos del Conde Fernán González, que Gonzalo de Berceo incluye en su Vida de San Millán.













































En el siglo XIII, y gracias a la labor de Alfonso X el Sabio se intenta regularizar la lengua, renovarla y
enriquecerla en los aspectos ortográficos, gramaticales y léxicos. Tanto en el siglo XIII, como en el XIV
se desarrollan las primeras escuelas literarias de carácter culto. En el siglo XIV se amplía el léxico, bien
introduciendo cultismos, bien creando nuevas palabras, utilizando los recursos propios del idioma
(composición, derivación y parasíntesis). En el siglo XV se multiplican las tendencias literarias, se publica
la primera gramática, "La Gramática" de Nebrija y culminará el siglo con la publicación de "La Celestina"
, obra que preludia el Renacimiento.

La historia de la literatura en español se puede dividir en los siguientes periodos:
  • Siglos XII al XV. Etapa de la épica y romances: Cantar de mio Cid (anónimo). General Estori ,                                             Siete Partidas, Estoria de España (Alfonso X el Sabio).
  • El Siglo de Oro. Inaugurado con La Celestina de Fernando de Rojas y continuado con escritores                                          de la talla de Miguel de Cervantes (Don Quijote de la Mancha), Lope de Vega, Calderón de la                                               Barca, Tirso de Molina, Quevedo, Luis de Góngora. En esta etapa también se producen buena parte                                         de la novela picaresca, como el Lazarillo de Tormes y el Guzmán de Alfarache. Junto a ellos es                                   preciso mencionar a los autores de carácter místico y espiritual, como Santa Teresa de Jesús,                                                    San Juan de la Cruz, fray Luis de León o fray Luis de Granada.
  • Siglo XIX. Resurgir de la novela con Benito Pérez Galdós.
  • Siglo XX. En la primera mitad de este siglo se produce una pléyade de nombres que darán brillo                                              a la literatura española: Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez,                                                   Federico García Lorca, Valle Inclán, Ortega y Gasset.
En los siglos XIX y XX se producirá igualmente una proliferación de escritores en lengua española aunque
nacidos en Hispanoamérica, como Rubén Darío de Nicaragua, Jorge Luis Borges de Argentina, Octavio Paz
de México, Gabriel García Márquez de Colombia, Mario Vargas Llosa de Perú, Pablo Neruda de Chile.


Datos
El español es la lengua oficial en España, donde es hablada por unos 40 millones de personas y en una larga
cadena de países hispano-americanos, desde México a Argentina, que suman en total unos 300 millones de
personas que la hablan. En Puerto Rico es lengua oficial junto con el inglés, aunque la población es
predominantemente hispano hablante. También es lengua oficial en Guinea Ecuatorial. Hay numerosas
comunidades de habla española en Estados Unidos.



 


El español en el Pacifico
(Gran tamaño)
Desde 1714, cuando recibió licencia real, la Real Academia Española de la Lengua tiene autoridad normativa
sobre la lengua. Al contrario que su contraparte francesa, la Academia española está compuesta de lingüistas
y filólogos, con el resultado de que sus decisiones son vinculantes.
Uno de los fenómenos originados por la expansión mundial del español, al igual que ocurrió con el inglés,
francés y portugués, es el de la criollización de la lengua, es decir, el nacimiento de otras lenguas, que en
ocasiones son pidgins o lenguas de contacto y en otras se convierten en lenguas nativas o criollos, basadas
en la lengua colonial pero con fuertes influencias de una lengua nativa. El mapa inferior muestra este resultado
en las islas Filipinas.


 


Dialectos
Como todas las lenguas ampliamente difundidas el español está sujeto a variaciones regionales y
sociolingüísticas. No obstante a pesar de esa heterogeneidad el grado de variación no es muy grande
y sólo raramente hay interrupciones de mutua ininteligibilidad, Las dificultades nacen con los criollos
basados en el español de Filipinas y Colombia y con el judeo-español, la lengua hablada por las
comunidades sefarditas expulsadas de España en 1492. El sefardí tiene fama de haber preservado
numerosas características del siglo XV, pero tal afirmación es exagerada; es vedad que ciertas
peculiaridades fonéticas, como la preservación de la /f-/ inicial es un elemento arcaico, pero esa
lengua también ha evolucionado extensamente en su morfología y ha asimilado gran número de
préstamos léxicos. La figura inferior muestra la distinción dialectal en México.





Entre las variedades dialectales españolas del romance tenemos el asturiano-leonés, cuyos límites no
coinciden ni con los antiguo reino de León ni con la actual provincia de León. Entre algunas características
que lo acercan al gallego-portugués destacan: ou < au, al- + consonante (cousa, touro, outro); se conserva
f- (filo, farina); se pierde toda -n- intervocálica, como raa < rana; la l pasa a r después de consonante
sorda, como praza < platea. Una variedad parecida al leonés pero que apunta al gallego-portugés es el
mirandés, hablado en Miranda do Douro, en Portugal.
Otro dialecto importante es el aragonés, que en parte se funda históricamente en el antiguo reino de Aragón
y Navarra, pero que recibió gran influencia del castellano. Hoy se habla en la provincia de Huesca, al pie de
los Pirineos.
El extremeño, ligado históricamente con el asturiano-leonés, se habla en una región septentrional de
Extremadura.
Aparte de estas lenguas que tienen personalidad propia, las hablas dialectales del castellano se pueden
clasificar en dos grupos: las septentrionales y las meridionales, comprendiendo éstas al murciano, al andaluz
y al canario, hablados en Murcia, Andalucía y Canarias, respectivamente.






Los dialectos septentrionales se caracterizan por ser más conservadores y abarcan las tierras castellanas
y las que ocuparon los dialectos históricos del latín, como el aragonés y el asturiano-leonés. En el habla de
las tierras donde nació el castellano encontramos una serie de rasgos dialectales, como el uso del leísmo
(le como complemento directo: Este piso ya le vimos), laísmo y loísmo (la y lo como complemento
indirecto: La dije que no viniera); pronunciación de la d final como z: Madriz; aparición de una s en la
segunda persona del singular del pretérito imperfecto: vinistes; uso del infinitivo para la segunda persona
del plural del imperativo: ¡Traerme algo!. Hacia el este (La Rioja, Navarra y Aragón) hay una influencia
de la huella aragonesa, como el uso de pronombres precedidos de preposición: con tú, con mí; el uso
del diminutivo -ico: pajarico; abundante uso de pues. Hacia el oeste (León, Zamora y Salamanca) hay
huellas del leonés, como la tendencia a cerrar las vocales finales: otru; diminutivos en -ín, -ina: niñín, niñina;
uso del indefinido en el vez del perfecto compuesto: hoy fui a tu casa.
Los dialectos meridionales se caracterizan por ser más evolucionados en su pronunciación y por rasgos
fonéticos muy marcados. En esta región dialectal se hallan el andaluz, el extremeño, el canario y el murciano.
Las principales características de estos dialectos son: confusión de r y l en posición final de sílaba o palabra
: arta, cuelpo y otras se pierden, como españó; seseo (pronunciación de la z o la c ante e o i como s: sielo;
ceceo (pronunciación de la s como z: zerio; pérdida de la d y de la n intervocálicas o ante r: cansao, mare;
yeísmo con distintas pronunciaciones: yuvia.
Escritura
 
Juan 1:1-8 en español
Gramática
La influencia del árabe en el español tiene carácter casi exclusivamente léxico. Una serie de términos que
se refieren a la cultura árabe medieval (astronomía, matemática, medicina, filosofía, etc.) entra a formar
parte del patrimonio cultural europeo. Se trata de palabras que, a partir casi siempre de la Península Ibérica
o de Sicilia, se difunden al italiano, al francés, y de ellos a las otras lenguas europeas. A veces son de origen
erudito, como álgebra, procedente del árabe al-gabr que propiamente significa "restauración, reducción".
Un término matemático menos técnico y más común, que se manifiesta con doble aspecto en las lenguas
cultas occidentales, es el representado por las voces cifra y cero. El árabe tenía la palabra sifr, que al
principio era (y ha seguido siéndolo en la lengua común) un adjetivo que significaba "vacío"; merced a un
calco del sánscrito sunyá, que significaba también "vacío", pero que los matemáticos indios emplearon para
"cero", el árabe ,sifr adquirió, entre los matemáticos, el mismo sentido de 'cero'. Leonardo Fibonacci latinizó
el término a zephirum que luego, en las fuentes italianas, se volvió zeliro, zefro y al fin zero (atestiguado
desde 1491; de él procede el español 'cero'). Una adaptación de la palabra árabe más próxima al original
es la del español cifra.
También viene del árabe la costumbre de designar la incógnita por X; en los textos árabes de álgebra, la
incógnita era indicada mediante la letra S, inicial de la palabra sai', 'res, aliquid, quicquam'. Esta letra
sonaba casi lo mismo que la palatal aspirante sorda que el español antiguo escribía x, según se aprecia por
las transcripciones latinas de palabras árabes. Leonardo Fibonacci, en Liber abbaci, no hizo más que
transliterar la S con X, y así entró X en uso para la incógnita.
Diversos términos árabes que se han difundido por todas las lenguas europeas tienen que ver con la
astronomía, de la que los árabes fueron maestros, como es sabido; casi inalterados, con forma árabe,
aparecen algunos términos técnicos como azimut; nadir < árabe nazir, 'opuesto' (esto es, nazir as-samt,
'opuesto al zenit'); se ha hecho popular almanaque, < árabe al-manah, 'calendario'.
Notables son también los nombres relativos a la química o, mejor dicho, a la química medieval o alquimia,
empezando por esta mismísima palabra, atestiguada desde el siglo XIII y que viene del árabe al-kimiya
("fusión"), cuyo sentido era "piedra filosofal, sustancia que transforma los metales bajos en oro".
El nombre más común de la piedra filosofal en árabe era, en cambio, al-iksir ( < gr. "seco"), de donde
elixir, con el sentido de "remedio maravilloso, licor mágico". 
Y ya que hablamos de palabras de la química, recordemos también el árabe al-kuhl, al-kuhul, 'polvos
para teñir cejas y párpados> español alcohol.
Proceden del árabe o de otras lenguas orientales, pasando por el árabe, algunos nombres de juegos
(y las terminologías correspondientes), ante todo el ajedrez, que los árabes aprendieron de los persas
como éstos de los indios. No hay que ser orientalista para saber que en persa sah significa "rey", y basta
conocer los rudimentos del juego para saber que su objeto es inmovilizar el "rey" del adversario; en
persa, y de ahí en árabe, tal operación se llama, en la terminología del juego, sah mát, que al pie de la
letra significa "el rey (está) muerto"; de ahi el español jaque mate.
Sin salir de la terminología ajedrecística, se puede señalar que el término alfil, que designa cada una de las
dos piezas que franquean al rey y a la reina viene del árabe al-fil, "elefante", pues en los ajedreces más
antiguos, dos elefantes ocupaban los lugares de los alfiles.
Encontramos voces árabes en la toponimia, como Albacete < al-basit; esp. Alcalá < qal'a, "castillo,
fortaleza"; Gibraltar, < gebel Tariq, "monte de Tariq", del nombre del comandante árabe que en 711
emprendió desde allí la conquista de España. Son importantes los nombres de ríos compuestos con  
guad- del árabe wad(i) "río, valle". Tenemos así los hidrónimos Guadiana, Guadalquivir < wadi al-kabir,
"el río grande"), etc.
Pero en la Península Ibérica la influencia árabe llega a los términos administrativos: por ejemplo alcalde
< al-qa'dí, "juez"; alguacil < al-wazir, "ministro".
Otra observación notable es la siguiente: como se habrá visto por los ejemplos citados, las lenguas
iberorromances, en la mayoría de los casos, adoptan las palabras árabes con el artículo determinado
unido (artículo que suena al, pero cuya 1 se asimila, según regla constante en todo el dominio árabe,
ante algunas consonantes). Así encontramos azúcar < árabe (as-)sukkar; azafrán < ár. (az-)za'farán,
etcétera.
Aunque abundantes voces de origen árabe atestiguadas en el español antiguo están a estas alturas fuera
de uso (si bien no pocas siguen vivas en los dialectos españoles o en portugués), no cabe duda de que la
influencia árabe sobre las lenguas iberorromances fue importantísima, desde los puntos de vista cuantitativo
y cultural, hasta el punto de afectar la sintaxis del espacio¡ antiguo.
Entre las características principales del español podemos recordar: la diptongación de e y o en sílaba
abierta y cerrada, como tiene < tenet, tierra < terra, bueno < bonu(m), puerta < porta. Luego, por
influencia de fonemas adyacentes, los diptongos pueden reducirse (ie > i y ue > e, respectivamente) como
castillo, frente. Las vocales finales se han conservado bien, como en toscano (-a > -a; -e, -i > -e; -o, -u >
-o.
En el consonantismo las iniciales suelen conservarse aunque f- pasa a h-, hoy muda, como fabulare > hablar
  (si bien se conserva ante el diptongo ur, como fuerte, fuego); los grupos de consonantes + l tienden a
reducirse a ll (correspondiente al italiano gli), como llamar < clamare, llano < planu(m). Las consonantes
sordas intervocálicas sufren lenición y se vuelven fricativas, como vita > vida, lupu(m) > lobo.
Las consonantes largas y geminadas se simplifican pero no se sonorizan, como bucca > boca; ll y nn
pasan en cambio a palatales, como annu(m) > año, caballu(m) > caballo. El grupo ct, a través de it
(como en francés y portugués) pasa a la palatal ch, como lacte > leche, octo > ocho. El grupo li pasa a j,
como muliere(m) > mujer.
Las tendencias naturales a la divergencia lingüística son combatidas en el caso del español por poderosos
lazos culturales y también por mecanismos normativos bien desarollados, cuyos antecedentes proceden de
hace varios siglos. Uno de los más antiguos y mejor conocidos ejemplos de prejuicio lingüístico es la crítica
hecha por Juan de Valdés en su Diálogo de la Lengua (1535) contra la Gramática de la lengua 
castellana de Antonio de Nebrija (1492) porque Nebrija, siendo andaluz, no podía conocer el castellano
lo suficientemente bien para la obra que se traía entre manos. 
Aunque el español tiene fama de ser una lengua 'fonética' (más exactamente habría que decir fonémica) la
realidad es que presenta ciertas dificultades para hacer tal aseveración. Por ejemplo, c y g tienen dos
pronunciaciones, dependiendo de la vocal que sigue; la h es muda; b y v corresponden a un solo fonema.

Evoluciones características de los romances peninsulares
consonantes
Origen: mozárabe gallego-portugués asturiano-leonés castellano navarro-aragonés catalán
F- f f f h>Ø f f
PL- KL- pl kl t p/pl k/kl pl kl
FL- fl t /fl f /fl fl
L- j/ l j l /l
N- n n n/ n n n
-L- l Ø  l l l l
-N- n Ø n n n n
-LL- l ¡/
-NN- n n/
-LJ- j j/ j
-NJ-  
Ke,i- t / d ts ts ts ts ts > s
-Ke,i- t / d ts   ts  ts ts ð>Ø
Ge,i- j/ Ø
-SKe,i- ts
-KS-
-KT- xt jt jt t jt jt
-(U)LT- jt jt jt t jt  It
-P- -T- -K- ptk / bdg b d g b d g b d g ptk / bdg b d g
-MB- mb mb mb m m m
-ND- nd nd nd nd n n
-M'N- mn m mn / m mbr mbn / mbr mbr
vocales
AL + Cons. aw ow ow o / al o / al al
AW aw ow ow o o
AJ aj/ej ej ej e e e
J é é já/jé í
J ó wó/wé ó wá/wé ú/í
jé/é já /jé é
wé/ó wó / wé wá / wé
é é é é é é
 ó ó ó ó ó ó ó
-O# o/e/Ø o/u o/u o o/Ø Ø
 -E# e/o/Ø e/i/Ø e/i/Ø e/Ø e/i/Ø Ø
-AS# as / es as es as as es

Clasificación articulatoria de los fonemas españoles (AFI)
Consonantes Bilabial Labiodental Dental Interdental Alveolar Palatal Velar
sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora
Oclusiva p b t d k g
Fricativa f θ s x
Africada
Nasal m n
Lateral l
Vibrante simple
Vibrante múltiple r
Vocales Anterior Central Posterior
Alta i u
Media e o
Baja a

Clasificación articulatoria de los sonidos españoles (AFI)
Consonantes Bilabial Labiodental Dental Interdental Alveolar Palatal Velar
sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora sorda sonora
Oclusiva p b t d k g
Fricativa β f θ ð s x γ
Africada
Nasal m n , n,
Lateral l , l,
Vibrante simple
Vibrante múltiple r
Vocales Anterior Central Posterior
Semi-consonante j w
Semivocal    
Alta  i  u
Media e o
Baja a
El verbo tiene tres modos: indicativo, imperativo y subjuntivo. Se distinguen tres conjugaciones: -ar, -er, -ir.
El español también se caracteriza por su constante empleo del pronombre se, y el uso vivo del subjuntivo
que tantos problemas origina a quienes aprenden español como segunda lengua. Entre las características
heredadas del latín debe destacarse la sintaxis y los procedimientos sintácticos para matizar, calificar o
convertir en nombres, y por tanto sujetos, a oraciones completas.
El orden de la frase es sujeto, verbo y objeto o verbo, sujeto y objeto.

Valor de las letras en algunas lenguas romances
Italiano Español Portugués Catalán Francés Rumano
a [a] [a] [á; ] [á; ] [a, ] [a]
ãe []
ai [ai] [ai] [ai] [ai] [ε] [ai]
ain []
an [ã]
ão [ ]
au [au] [au] [au] [au] [o] [au]
â [] [] []
ǎ []
ã [ã]
b [b] [b~β] [b] [b~β] [b] [b]
c [t] [θ] [s] [s] [s] [t]
c [k] [k] [k] [k] [k] [k]
ch [k]..i,e [t] [] [k] raro [] [k]..i,e
ç [s]..i,e [s]..i,e [s]..i,e
d [d] [d~ð] [d] [d~ð] [d] [d]
e [e,ε] [e] [é, ; i] [é, ; ] [e, ε; ] [e]
è * [] [ε]
ê [é] [ε]
é [] [é] [e]
eau [o]
ei [ei] [ei] [ei] [ei] [ε] [ei]
ein_s []
en_s []
eu [eu] [eu] [eu] [eu] [ø, œ] [eu]
f [f] [f] [f] [f] [f] [f]
g [d] [χ] [] [d~] [] [d]
g [g] [g~] [g] [g~] [g] [g]
gh [g]..i,e
gl [(:)]
gn [(:)] []
gu [gw] [g] [g] [g] [g] [gw]
gu [gw] [gw] [gw] [gw] [gw]
[gw] [gw] [gw]
h ø ø ø ø ø [h]
i []..V,
[i]
[]..V,
[i]
[]..V,
[i]
[]..V,
[i]
[]..V,
[i]
[]..V,
î [i] []
j [χ] [] [d~] [] []
k [k] [k] [k] [k] [k] [k]
l [l] [l] [l] [l] [l] [l]
lh []
ll [] (América [j]) []
l.l [l]
m [m] [m] [m] [m] [m] [m]
n [n] [n] [n] [n] [n] [n]
nh []
ñ, ny [] []
o [o, ] [o] [ó, ;u] [ó, ;u] [o, ] [o]
ò * []
ô [ó] [o]
ó * [] [ó]
õ [õ]
õe ]
œ(u) [œ]
oi oi oi oi oi [w] oi
on..s []
ou [ou] [w]..V,
[u]
p [p] [p] [p] [p] [p] [p]
qu..i,e [kw] [k] [k] [k] [k]
qu [kw] [k]
r [r] [r:~] [r:~] [r:~] [] [r]
rr [r:] [r:] (América [χ]) [r:]
s [s~z] [s] []_s
[s~z]
[s~z] [s~z] [s]
ss [s] [s]
ş []
t [t] [t] [t] [t] [t] [t]
ţ [ts ]
u []..V,
[u]
[]..V,
[u]
[]..V,
[u]
[]..V,
[u]
[]..V,
[y]
[]..V,
[u]
un_s []
v [v] [b~β] [v] [b~β] [v] [v]
w [v, w] [w] [v, w] [w] [v, w] [v, w]
x [ks] [ks] [, ks] [, ks] [ks] [ks]
y (en préstamos menos en español) [j] [i] (aislada)
[j]
[j] [j] [i,j] [j]
z [ts, dz] [θ] (América [s]) [z] [z] [z] [z]
Notas: El símbolo .. significa 'precede'; _s es límite de sílaba; V significa vocal; el asterisco * recuerda que el
acento grave en italiano y el acento en español acentúan la palabra.







Fuentes provenientes de PROEL Apartado 49050 - 28080 Madrid









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